LA
LITERATURA BARROCA I, POESÍA Y NOVELA.
La
España del siglo XVII.
La crisis del
siglo XVII reviste en España una extrema gravedad. Es el siglo de la decadencia.
Reinan en España Felipe III, Felipe IV y Carlos II (Austrias menores) que
dejarán el poder en manos de hombres de confianza, también llamados privados o validos. España se
desmorona. Los gobernantes están corruptos y son ineptos. España sufre
derrota tras derrota perdiendo su hegemonía en Europa cediéndola a Francia.
España pierde la
cuarta parte de su población debido a las guerras, pestes, la expulsión
de los moriscos y sobre todo a la miseria que favorece la mortalidad
y la emigración a América.
La economía empeora
progresivamente. Decaen el comercio y la industria. La agricultura va en
decadencia tras la expulsión de los moriscos y las tierras están en manos de
nobleza y clero que no se preocupan de su correcta explotación. Aumenta el
número de soldados licenciados, sin oficio ni beneficio, de vagabundos,
parados, mendigos y pillos, todos ellos personas sin
arraigo ni ideales, escépticos y desengañados.
El dinamismo de la
burguesía se frena. La nobleza aliada con el clero apoya la monarquía
absoluta (reyes y validos), refuerza su poder económico y social.
Estas clases poderosas no tiene espíritu emprendedor y gastan sus fortunas
en lujos e intenta consolidar sus privilegios. En
definitva hay un gran contraste entre los lujos de la corte y la pobreza de la
mayor parte de la sociedad.
Tales circunstancias
crearon un malestar creciente: cunde el sentimiento de inestabilidad,
una honda preocupación o un claro descontento entre las gentes. Abundan por
ello los tratadistas que las denuncian pero sus advertencias fueron desoídas y
combatidas. Las clases privilegiadas (con ayuda de la Inquisición) reprimirán
cuantas manifestaciones consideren peligrosas para su integridad económica,
política e ideológica.
La situación de crisis conduce
al desengaño, al pesimismo que lo inunda todo. El hombre desconfía de
todo y su existencia se convierte en una lucha feroz que le supone “vivir al
acecho”. El mundo se representa como algo confuso que el artista barroco
representa como un “laberinto”.
El Barroco.
Tres palabras se
disputan el origen de este término:
Barroco:
port. “Perla irregular”,
Berrueco:
esp. “roca de forma irregular”
Baroco:
deforme razonamiento.
En el siglo XVIII
se utiliza Barroco para definir aquel estilo que contravenga las normas
clásicas. Era un término peyorativo. Que designaba el arte retorcido,
confuso y deforme. En el siglo XX, se entiende como la oposición al
Renacimiento.
Como hemos visto
es un periodo de crisis que deja un clima psicológico de inquietud,
inestabilidad y amenaza. Este estado por fuerza se refleja en la obra
del creador.
Se pueden
manifestar varias actitudes ante esta situación:
La protesta. Claramente reflejada en los textos políticos,
sátiras y novelas picarescas.
Angustia íntima. La lírica de Quevedo.
Búsqueda del
consuelo. Por la filosofía, religión…
La evasión. Refugiándose en la estética pura (Góngora)
El conformismo. Textos que ensalzan los valores de esta época
(teatro).
Como expresión
del citado malestar, el Barroco tiene en su centro la idea del desengaño. Tal sentimiento denuncia una
crisis del idealismo renacentista. supone una radical desvalorización del
mundo y de la vida humana. El mundo carece de valor. La vida es
contradicción y lucha. La vida es
breve y fugitiva (obsesión por el tiempo que pasa destruyéndolo todo "TEMPUS FUGIT" ), la
ruina. La vida carece de consistencia (es quebradiza, entre apariencia y
realidad. Nada es lo que parece). Vivir es ir muriendo. (La vida es un
extraño vació que ocupa la muerte).
El mundo es un laberinto
y un teatro en el que el hombre está perdido o representando
su papel. El sentimiento del desengaño es la palabra clave del
período que expresa esa toma de conciencia de la realidad y de la falsedad
de unas apariencias. Por eso, la vida
es sólo sueño.
La base de las
novedades estéticas será la crisis del idealismo renacentista: al
equilibrio, a la claridad, a la serenidad, sucederán ahora, los contrastes, los
claroscuros, la inquietud y el dramatismo. Una estética al margen de las
normas clásicas. Estética de los inestable, lo retorcido. Estética
de la contradicción. Estética dramática(gusto por lo gesticulante, lo desmesurado).
Estética de la apariencia (recargamiento ornamental).
Se valora la invención, la novedad,
la originalidad, el ingenio la acumulación y la exageración
(la hipérbole). Predomina el contraste, el claroscuro, la
antítesis, la oposición entre contrarios.
El estilo
barroco: Conceptismo y Culteranismo.
Frente al clasicismo renacentista, el Barroco
valoró la libertad absoluta para crear y distorsionar las formas, la
condensación conceptual y la complejidad en la expresión. Todo ello tenía como
finalidad asombrar o maravillar al lector.
El estilo
literario responde al derrumbamiento del equilibrio renacentista. “La
pérdida de la serenidad clásica se manifiesta en las actitudes extremosas.” Se
aleja de la naturalidad y selección. Somete el estilo a una intensa
elaboración.
El rasgo esencial
es el gusto por exprimir las posibilidades del lenguaje doblegándolo a
las más variadas intenciones. Se desenmascara la realidad o se aleja de ella a
través de la belleza.
El repertorio de
audacias verbales es amplísimo y se logran efectos antes insospechados: creaciones
de palabras, juegos fonéticos, retorcimientos sintácticos, antítesis,
paradojas, metáforas insólitas,…
La impresión dominante es la profundidad, el
artificio y oscuridad.
Cuando
los escritores gozan de menor libertad para expresarse, se compensan tales
limitaciones con un aumento de los artificios de estilo.
Dos corrientes estilísticas ejemplifican estos
caracteres: el conceptismo y el culteranismo. Ambas son, en
realidad, dos facetas de estilo barroco que comparten un mismo propósito: crear
complicación y artificio.
El conceptismo. Es la “sutileza en el pensar y el decir”. Preocupa sobretodo el
contenido, y el ideal de decir mucho con pocas palabras. De ahí a los
dobles sentidos, las paradojas, antítesis, paranomasia y otros juegos
conceptuales. La ornamentación es mínima: el léxico llano, pero sometido a
asociaciones inesperadas. En sintaxis se prefiere la frase cortada, con tendencia
al laconismo. En suma la densidad expresiva.
El culteranismo (Gongorismo). Busca sobre todo la belleza formal. El tema puede
ser mínimo, pero se desarrolla con un estilo suntuoso: voces sonoras y otros
efectos sensoriales, metáforas audaces, perífrasis brillantes… tanto el léxico(cultismo),
la libertad sintáctica (hipérbatos) pueden mostrar el deseo de dotar a la
lengua con los recursos prestigiosos de la latina. Intento de dar a la poesía
una lengua específica “un leguaje dentro del lenguaje”.
Realmente no son
dos tendencias opuestas sino que en la base de las dos está el conceptismo, el
culteranismo es una variedad en la que se realza el genio del creador.
Luis de Góngora y Argote (1561-1627)
Nace en Córdoba en una familia de caballeros. Estudia en
Salamanca sin llegar a adquirir título alguno. Se ordena en Córdoba
sacerdote por motivos económicos (tenía pasión por los juegos de cartas).
Pasó varías temporadas en la corte donde intentó sin éxito conseguir algún
cargo hasta que fue nombrado capellán real y consigue instalarse en Madrid, pero su afición al juego y el lujo lo hunden, los acreedores le persiguen. Pierde la memoria y muere e Córdoba.
Cosechó gran fama como poeta pero también importantes enemistades (la más conocida fue la de Quevedo). Publica su Polifemo lo que le suscita admiración y envidia.
Cosechó gran fama como poeta pero también importantes enemistades (la más conocida fue la de Quevedo). Publica su Polifemo lo que le suscita admiración y envidia.
Tradicionalmente se distinguen dos épocas en su obra:
La primera de poesía clara o fácil, la segunda la de poesía oscura o difícil.
A partir de 1613 se produce un cambio en la obra del poeta. Su lenguaje se vuelve más audaz y denso. Renueva y complica la sintaxis (hipérbato) y el léxico (cultismos). Quiere mantener la mayor distancia entre la comunicación poética y la habitual. Su modelo era el latín.
La primera de poesía clara o fácil, la segunda la de poesía oscura o difícil.
A partir de 1613 se produce un cambio en la obra del poeta. Su lenguaje se vuelve más audaz y denso. Renueva y complica la sintaxis (hipérbato) y el léxico (cultismos). Quiere mantener la mayor distancia entre la comunicación poética y la habitual. Su modelo era el latín.
Lo que siempre destacará en Góngora es un agudísimo sentido del leguaje,
y un profundo conocimiento de la palabra para alcanzar la más variada belleza.
Formas métricas: su versificación es muy variada:
Romances. Es uno de los grandes autores del Romancero
nuevo. Se centra en el refinamiento estilístico y la amplificación de
temas: caballerescos, moriscos, de cautivos, mitológicos, burlescos,
amorosos y líricos. También cultivó el
Romancillo y Romance endecha.
Letrillas. Son líricas, satíricas, burlescas y sacras. Siempre en rima
consonante. En muchas se ve la unión de lo popular y la elaboración
culta.
Sonetos. Destaca por su maestría constructiva y sus esplendores verbales. Los
hay de circunstancias (conmemorativos, laudatorios, fúnebres,…), amoroso,
satíricos, burlescos, morales, sacros,…
Temas: Góngora se movió entre dos polos:
En un extremo, visiones de un mundo hermoso idealizado, espléndido “exaltación de la realidad”, en el otro, sátiras desgarradas o burlas corrosivas. Entre ambos polos, se hallarán otros matices, como el ideal de una vida tranquila con los goces sencillos, la grave confesión íntima,…
En un extremo, visiones de un mundo hermoso idealizado, espléndido “exaltación de la realidad”, en el otro, sátiras desgarradas o burlas corrosivas. Entre ambos polos, se hallarán otros matices, como el ideal de una vida tranquila con los goces sencillos, la grave confesión íntima,…
Poesía satírica
y burlesca. Aparece desengañado e inconformista.
Fustiga deformidades y desenmascara ideales o valores establecidos:
desigualdades sociales, la vida cortesana, heroísmo, los honores,…
Poesía amorosa. Son ejercicios de estilo, en realidad fue un desenamorado. Está
muy cercano a la lírica petrarquista. Habla del amor no correspondido,
de la pasión inútil, el Carpe diem,…
también habla de la prevención contra el amor.
Poesía grave. Son textos morales, religiosos. Trata el tema de la
fugacidad de la vida, los achaques de la vejez, o la pasión por su ciudad.
Fábula de Polifemo y Galatea (1613) Se compone de 63 octavas reales. Desarrolla la famosa leyenda
mitológica del cíclope Polifemo enamorado e la ninfa Galatea que ama a su
vez al joven Acis. Polifemo despechado matará a Acis arrojándole un peñasco. El
joven se transforma en río. En este texto vemos claramente las características
del culteranismo.
Soledades (1613). Es el más ambicioso poema de Góngora. Iban a ser cuatro extensos
poemas de exaltación de la naturaleza por la que un peregrino pasa por
cuatro edades(adolescencia, juventud, madurez y ancianidad) pero Góngora solo
acabó la primera y el comienzo de la segunda. La finalidad del texto es el
arte del lenguaje. Métricamente utiliza la silva, más libre que la
octava.
En el siguiente vídeo podrás escuchar una de las composiciones satíricas de Góngora.
En el siguiente vídeo podrás escuchar una de las composiciones satíricas de Góngora.
Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645)
Nace en Madrid, en una familia hidalga de ascendencia cántabra
(montañés). Ocupaban puestos en Palacio al servicio de la familia real. Estudia
en Alcalá y Valladolid. Allí inicia sus enfrentamientos literarios con
Góngora. Empieza una azarosa vida como político y diplomático
viaja a Italia. Su protector, el duque de Osuna, cae en desgracia
y Quevedo es encarcelado en Uclés y más tarde desterrado a la Torre
de Juan Abad (1621). Felipe IV recobra su favor y lo nombra secretario. Contrae
matrimonio obligado (solo duró unos meses). Quevedo ve como va empeorando la
situación de la nación debido al rey incapaz y su valido (Conde-duque de
Olivares). Quizá por esta razón es apresado en 1639 y conducido a San
Marcos de León donde pasa 4 años. Se retira a la Torre de Juan Abad con la
salud muy delicada. Fallece en Villanueva de los Infantes.
Tradicionalmente fue el Quevedo satírico y burlesco el que atrajo atención, pero la gran parte de sus composiciones son textos graves, de honda preocupación. La crítica hoy le ve como un lírico, un pensador político y moral.
La angustia y la burla tienen un miso origen: el desengaño. Nadie
expresa tan correctamente el dolor por España, la decepción personal
y la angustia metafísica. Ese mismo dolor es el que aparece en sus
burlas, se ríe de su desengaño o fustiga la realidad.
Estilo. Quevedo supo moldear la lengua hasta el extremo, jugaba a su antojo
con las palabras, la sintaxis, con los conceptos. En su obra se acumulan
comparaciones inesperadas, antítesis y contrastes, paradojas, juegos de
palabras,… pero siempre puestas al servicio de la finalidad del texto. Su
poesía grave se caracteriza por la intensidad emocional y la condensación
del pensamiento. En la burlesca concentrará agudezas hirientes y
distorsiones semánticas.
Métrica. Destaca por el uso del soneto, pero también escribe silvas, canciones,
epístolas, décimas, redondillas y romances.
Por su temática y tonos la poesía
de Quevedo presenta la misma variedad desconcertante que su obra en prosa:
la angustia vital, la preocupación patriótica, la gravedad moral, sátira,
burlas procaces, todas siempre bajo la unidad del desengaño.
Poesía angustiada. Son poemas metafísicos. Encierra su sentimiento trágico de la vida,
condición angustiada de la vida humana.
La vida es breve. Revitaliza este tópico y
lo radicaliza, la vida es fugitiva. La angustia del Tiempo. El
tiempo destruye. Vivir es deshacerse. La muerte. Es el tema más
importante en Quevedo, la muerte vendrá a llenar todo. Vivir es ir muriendo
“Temo la muerte, que mi miedo afea;/amo
la vida, con saber que es muerte.”
Poesía moral. Desarrolla el tema de la corrupción del mundo: hipocresía,
envidia, ambición, ansia de riquezas, egoísmo de los poderosos… es una sátira
seria que muestra su descontento de la vida en general aunque también se
refiere a la realidad española. El tema de la vanidad del mundo, frente
a ello presenta el tema del Beatus ille,
o apartamiento del mundo. Destacan sus textos de influencia estoica que
le enseña a aceptar la muerte.
Poesía religiosa. La religión le propone superar la angustia. Su fe le enseña a despreciar
la vida terrena y aceptar la muerte como liberación de los pesares. Se
resigna a su condición de mortal.
Poesía amorosa. Arranca de los conceptos del amor cortés y del petrarquismo. Presenta al
amor como vencedor de la angustia y como ideal inalcanzable. Da sensación
de eternidad. Todo se hunde con la muerte menos el amor.
Poesía satírica y burlesca. Repite algunos de sus temas de la poesía grave. Se burla del amor,
de la vida, y de la muerte. La hipocresía, ambición el poder, … criticas a
personajes concretos (Conde Duque,) o generales (las mujeres eran su
predilección) y por supuesto a Góngora y sus seguidores. Es en estos textos en los que Quevedo alcanza
su plenitud en el uso del lenguaje, juegos de palabras, retorcimientos,
dificultad, osadía, etc…
En el siguiente vídeo puedes ver una reflexión sobre Francisco de Quevedo de la mano del escritor Antonio Gala para RTVE.
En el siguiente vídeo puedes ver una reflexión sobre Francisco de Quevedo de la mano del escritor Antonio Gala para RTVE.
La prosa barroca
Durante el siglo XVII los ideales del Renacimiento se modifican produciendo fuertes cambios sociales. La literatura no fue ajena a estos cambios. Continúan escribiéndose las formas renacentistas pero poco a poco muchas de ellas van agotándose y despareciendo (caballerías, moriscas y pastoriles).
Tradicionalmente en el Barroco se habla de dos tipos de prosa: la prosa narrativa (novela picaresca, alegórica y corta) y la prosa de ideas (prosa moral, política y satírica).
La novela picaresca: el barroco fue el gran siglo de la novela picaresca. sigue el modelo marcado por El Lazarillo de Tormes, pero acentúa el tono crítico y pesimista propio del Barroco.
el tono es mucho más recargado y complejo, influido por el conceptismo y culteranismo imperante.
se prescinde del motivo o causa que origina el relato, se busca la caricatura y todo se impregna de moralismo.
destacan las obras El Guzman de Alfarache (1599) de Mateo Alemán, El Buscón (1626) de Francisco de Quevedo, La pícara Justina, Vida del escudero Marcos de Obregón, Estebanillo González,...
En el vídeo puedes ver una versión de El Buscón de 1979.
En el vídeo puedes ver una versión de El Buscón de 1979.
La novela corta: de inspiración italiana, fue uno de los géneros de mayor éxito. Son de temática variada aunque predomina el asunto sentimental y de ambiente urbano.
además de las ya conocidas Novelas ejemplares (1611) de Cervantes, destacan Las novelas a Marcia Leonarda () de Lope de Vega o Novelas amorosas y ejemplares () de María de Zayas.
La novela alegórica: este nuevo subgénero nace de la necesidad de reflexión social, política y moral del Barroco. las situaciones y personajes que se presentan tienen un claro valor simbólico. se suelen clasificar en:
Satíricas, excusa para trazar un dibujo burlesco de la sociedad del momento, El Diablo cojuelo de Luis Vélez de Guevara.
Filosóficas: se presentan largos pasajes expositivos y argumentativos de naturaleza folosófica. pretende criticar a la sociedad y al hombre, sus vicios y defectos. La más importante es El Criticón de Baltasar Gracián.
La prosa de ideas: obras sin trama ni argumento (o mínimo) que dan pie al diálogo entre personajes sobre diferentes cuestiones filosóficas.
Los temas predominantes son la sátira: Sueños de Francisco de Quevedo (crítica a la sociedad y todos sus estamentos), la política: Empresas políticas de Diego de Saavedra, y morales: Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracian.